Exploradores, aventureros, criminales, patriotas… son una serie de calificativos que se pueden aplicar a algunos personajes que, partiendo de las metrópolis europeas, llegaron con los ejércitos colonizadores a Asia o África y, una vez allí, crearon sus propios reinos. Todos acostumbraban a acabar mal, pero todos ellos podían decir que habían podido reinar. Con motivo del estreno de la película “El rey del fin del mundo” vamos a echar un vistazo a las biografías de algunos de ellos.  

Es casi obligatorio empezar por sir James Brooke (Secrore, India, 1803 – Burrator, Reino Unido, 1868), protagonista de “El rey del fin del mundo” cuyo rol es interpretado por Jonathan Rhys-Meyers. Atención por que, si queréis ver la película, en este fragmento encontraréis algunos ¡spoilers! Sáltate los dos siguientes párrafos.

James Brooke: de súbdito británico a rajá en Borneo

 

Brooke había nacido en la India, ya que su padre era un alto funcionario del Imperio Británico, aunque con 12 años fue enviado a Inglaterra para recibir formación académica que, al parecer, le disgustaba. Ya de joven demostró ser un hombre de acción, enrolándose en el ejército que gestionaba la Compañía Británica de las Indias Orientales, concretamente en el 6º Regimiento Bengalí, en el que participó en la Primera Guerra Anglo-Birmana (1824-1826), donde fue seriamente herido. Acabó de curarse en el Reino Unido, regresando a la India en 1830. Intentó comerciar con la China con escaso éxito, pero tras la muerte de su padre, heredó una importante suma de dinero que invirtió en la compra de una goleta con la que puso rumbo a Borneo. Desembarcó en Kuching (cuyo nombre significa “ciudad de los gatos”), capital de Sarawak (actualmente, Malasia) y comprobó que estaba levantada en armas contra el Sultanato de Brunei. Brooke se ofreció al sultán Pangeran Muda Hashim aplastar la rebelión, lo que consiguió, convirtiéndose de facto en el Rajah de Sarawak. En Kuching reformó la administración local, pero sobre todo fue el azote de la piratería de la zona, lo que le acarreó la enemistad de diversos nobles bruneanos, que conspiraron para derrocarlo. Como quiera que el sultán Muda se puso del lado de Brooke, estos nobles expulsaron del poder a Muda, aunque una contundente acción militar de Brooke restituyó en el trono al sultán, que lo confirmó como Rajá en 1842. 

Sus hazañas bélicas y la exitosa gestión de Sarawak convirtieron a Brooke en una estrella, incluso en el Reino Unido, que visitó en 1847 y, entre otros títulos, se le nombró cónsul-general británico en Borneo y caballero comendador de la Orden del Baño. Sin embargo, en 1851 se le acusó de desobediencia a las órdenes y leyes del Imperio Británico, denuncias que, a pesar de que nunca llegaron a concretarse, debilitaron su posición a ojos de la Metrópoli. Pero Brooke consiguió mantenerse en su cargo de rajá hasta su muerte, que tuvo lugar en Inglaterra en 1868. Había nombrado como sucesor a su sobrino Charles Brooke, dando continuidad a una saga de rajá blancos que terminaría en 1946, con la abdicación de Anthony Brooke, sobrino-nieto de James Brooke. 

Se terminaron los spoilers

Frederick Winslow Taylor - ADMINISTRACION DE UNIDADES INFORMATICASFrederick Wilson (1817-1883)

El siguiente aventurero es Frederick Wilson (1817-1883). De joven, se alistó como soldado y el Imperio Británico lo envió a luchar a una de sus innumerables guerras. Así, Wilson se vio pegando tiros en la Primera Guerra de Afganistán (1839-42), una de las más desastrosas que sufrió el Imperio. Wilson, en medio de la contienda, entendió que el único modo de sobrevivir era desertar… y evitar las autoridades británicas. Así que se fue a vivir a la remota región de Harsil, en el Himalaya. Allí, conoció las costumbres locales y se integró en la sociedad local, a la vez que empezó a hacer negocios con los británicos. Pero cuando realmente se hizo rico (inmensamente rico) fue cuando los británicos descubrieron que la mejor madera para construir las interminables líneas de ferrocarril era la del cedro deodar o cedro del Himalaya. Y el único quienes se la vendía era Patrick Wilson, que se acabó convirtiendo en el hombre más rico del norte de la India, siendo conocido como el Rajá de Parsil. Apasionado de la caza, pero también un sobresaliente botánico y ornitólogo autodidacta, llegó a acuñar su propia moneda, que se mantuvo en circulación incluso décadas después de haber muerto. Wilson falleció en 1883, poco después que el sacerdote de una religión local lo maldijera por la deforestación que estaba causando en la zona. Le sobrevivió tan solo uno de sus tres hijos, cuya única proeza que se le recuerda es haber dilapidado la fabulosa fortuna de su padre en un tiempo récord.

Orélie Antoine de Tounens - Wikipedia, la enciclopedia libre

Orélie Antoine de Tounens (Chourgnac, Francia, 1825 – Tourtoirac, Francia, 1878)

Orélie Antoine de Tounens es nuestro siguiente héroe (Chourgnac, Francia, 1825 – Tourtoirac, Francia, 1878). Trabajaba como procurador en un tribunal de la región del Périgueux, pero, siendo ávido lector, en un libro descubrió la región de Araucania, en Chile, y decidió visitarla en 1858. Tras un periodo de aclimatación, fue admitido en el territorio mapuche en 1860, convenciendo a aquellas comunidades de la necesidad de establecerse como un estado independiente. Así, a finales de aquel mismo año, decretó la independencia de Araucania y la Patagonia oriental en el nuevo Reino de la Araucania, en el que, por supuesto, Tounens sería su primer rey. Las autoridades locales, la verdad sea dicha, le permitieron usar el título real, pero más allá de ello no le hicieron mucho caso. Continuaron con su organización político-social tradicional, así como sus costumbres, provocando algún real disgusto. En 1862, con el deseo de ser reconocido por el estado chileno, viajó a Valparaíso, pero en lugar de ello tan solo consiguió que lo detuvieran por alterar el orden público. Declarado loco, fue expulsado a Francia. Tres veces más intentó Tounens recuperar su reino, en 1869, 1874 y 1876. Pero el gobierno chileno ya había empezado a colonizar el territorio mapuche y, habiendo puesto el gobierno chileno precio a su cabeza, regresó a Francia, donde murió en la miseria en 1878. Tras su muerte, hubo más franceses que se pretendieron proclamarse reyes de aquel lejano territorio. Su azarosa vida ha sido llevada al cine en dos ocasiones.

Charles Marie David de Mayrena] / Cayol frères | EuropeanaMarie-Charles David de Mayréna (1842 – 1890)

Y es que no deja de ser curiosa la querencia de los franceses a querer ser proclamados reyes, más si tenemos en cuenta que en su país, cuando las cosas se tuercen un poco, los reyes van directos a la guillotina. Nuestro nuevo héroe es también francés y se llamaba Marie-Charles David de Mayréna (1842 – 1890). Procedía de una familia judía de origen español establecida en Francia tras la expulsión de 1492. Su abuelo fue un bonapartista con importantes cargos públicos, mientras que su padre, militar, falleció joven. Siguiendo los pasos de su progenitor, Mayréna se enroló al ejército francés, luchando en la guerra franco-prusiana y, más adelante, en Indochina. Fue condecorado con la Legión de Honor por su valor en el campo de batalla. Pero unos años después, regresa a su país natal, estableciéndose en París como trabajador de banca. En 1869, contrae matrimonio Maria Ayron, con quien tiene dos hijos, Albert y Marie-Louise. Pero la rutinaria vida parisina no está hecha para Mayréna, así que el 1883 abandona a su familia (al parecer, hay un desfalco de dinero por en medio) y huye a Holanda y de allí salta a Java, en ese momento bajo dominación colonial holandesa. Pero una vez más, debe huir, por un caso de estafa, y regresa a Francia. Allí, ayuda a organizar una expedición al puerto de Aceh, en la costa este de la India. En 1885, se establece en Indochina, donde trabaja ocasionalmente como periodista, compra una plantación y se casa con una joven nativa, Le Thin Ben, a la que cambió el nombre por el de Ahnaia. Como no se puede divorciar de su esposa francesa, Mayréna, hombre de recursos, se convierte al Islam, para así poder practicar (algunos dirían, disfrutar de) la poligamia. Poco después, toma contacto con la Société des Missions Étrangères de Paris (Sociedad de las Misiones Extranjeras de París), una asociación misionera francesa que se dedica a evangelizar el mundo desde finales del siglo XVII. Por los misioneros, se entera que existe una región que se ha quedado en tierra de nadie, a medio camino del reino de Annam (colonizado por Francia) y del de Birmania (colonizada por la Gran Bretaña), siendo un territorio que podría ser muy rico en minerales y fácil de conquistar. Además, es una región que podría conectar la costa con el río Mekong, en una época en la que los ríos eran autopistas para el comercio y el caudaloso Mekong, era una autopista de ocho carriles. El territorio en cuestión es la región de Kon Tum, conocida como el país de los Mois (salvajes en vietnamita, por lo irreductibles de sus habitantes). La fórmula gala del colonialismo se ha mostrado siempre exitosa. Y las autoridades deciden ponerla en práctica una vez más: los misioneros actúan como avanzadilla, llegan con estampitas, nuevas técnicas de cultivo y medicamentos, no consiguen muchas conversiones, pero sí suelen conseguir que los nativos vean a los hombres blancos con buenos ojos. El segundo paso, son los exploradores, su función es la de trazar mapas y descubrir que se puede sustraer de la zona. El último paso, es la Administración colonial, que llega con su ejército y sus funcionarios.

 

En abril de 1888, Mayréna encabeza una expedición, llevándose como ayudante a su amigo Alphonse Mercurol, antiguo croupier, y al jesuita Jean-Baptiste Guerlach. Al cabo de unos días, llega al poblado de Bana, anteriormente reblandecido por los misioneros. Pero los baneses están enfurecidos: sus vecinos de Rangaos son más poderosos que ellos. Están en guerra y piden ayuda a Mayréna para derrotarlos. Los fusiles franceses hacen que el encuentro sea más una escaramuza que una batalla: la victoria es apabullante. La fama de Mayréna corre como la pólvora en la región. Éste se viene arriba y en junio de 1888 promueve una confederación de las 42 poblaciones locales, creando la Confederación Mois. Pero al escogerlo a él como a líder, en 1 de julio de 1888, Mayréna se auto-proclama Marie I rey de Sedang. Acto seguido, decreta su divorcio con la esposa parisina y proclama a Ahnaia como reina y a sus hijos Albert y Marie Louise, príncipes del reino. El pueblo de Kong Gung (hoy en día, Dak) es nombrado la capital, bautizándose como Pelei Agna (la Gran Ciudad). Dota a la confederación de una constitución y entre el torrente de leyes que decreta se encuentra el de la libertad religiosa (aunque la religión oficial es el catolicismo), diseña una bandera y crea sellos y condecoraciones. Pero Francia rechaza reconocerlo como rey de Sedang e intenta derrocarlo. La situación en su reino se deteriora a marchas forzadas. Estalla una epidemia de viruela, los siempre belicosos dejarais se rebelan y esta vez no los puede sofocar e importantes jefes tribales empiezan a conspirar contra él y su amigo Mercurol. Finalmente, en 1889 debe dejar su reino y regresa a París, donde se convierte en una pequeña celebridad. Se hospeda en el lujoso Grand Hotel, asiste a todo tipo de eventos y fiestas de la alta sociedad. Sus deliciosas anécdotas hacen las delicias de la alta sociedad. Incluso consigue un pequeño grupo de simpatizantes. Pero se le acaba el dinero e, incapaz de encontrar a alguien que le ayude a recuperar su reino, se marcha a Bélgica, donde encontró a un inversor interesado en ayudarle a recuperar su trono. Pero la expedición de 1890 fue un desastre y Mayréna acabó huyendo a la isla de Tioman, donde moriría en extrañas circunstancias. En 1995, en Montreal, el coronel retirado del ejército canadiense, Derwin J.K.W. Mak, fundó la Asamblea para la Restitución de la Nobleza de Sedang y se autoproclamó Príncipe Regente y Duque de Sedang. Poco después, un historiador francés y un genealogista belga localizaron a los descendientes de Mayréna en Tolouse. No quieren saber nada del asunto. En 2007, el embalse hidroeléctrico de Plei Krong engulló gran parte del antiguo Reino de Sedang.

LA CARTA DE LOPE DE AGUIRRE A FELIPE II – hechoderetazos

 

España también ha contado con numerosos aventureros con ansias de ser proclamados reyes. Puede que el más famoso haya sido Lope de Aguirre (1511 – 1561). Pero sus hazañas y desmanes los dejaremos para otra ocasión.

Jonathan Rhys Meyers goes on a jungle voyage in new trailer for Edge Of The World | Daily Mail OnlineFotograma película EL REY DEL FIN DEL MUNDO

 

Joan Herrero -Adquisiciones y Ventas Alfa Pictures-

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